jueves, 14 de junio de 2012

¿Por qué no se van?


¿Por qué no se van momentos de fragilidad?
¿Por qué no se van y no regresan más?
Problemas, por qué no se van.
Por qué no se alejan y no vuelven más.
Ayuda, ayuda implora el alma agotada del joven hambriento.
No todos tenemos la fuerza necesaria, no todos podemos soportarlo. Ayuda, ayuda todos necesitan... pero él, él no lo sabe. Un ápice de esperanza, su mirada esconde lo poco de esperanza que le queda y si alguien lo viera notaría que dentro de él, todavía está aquel jóven que tanto amó.
¿Por qué no se van, malos momentos?
¿Por qué no toman su propio rumbo?
¿Por qué no dejan en paz a almas cansadas como ésta?
Al fin alguien pasa por aquel recóndito lugar, ¿un alma buena?, ojalá, piensa. Se equivoca,aquel hombre no hace nada por ayudar.

¿Me verá? Ya no lo sé.

Aquella esperanza terminará siendo un recuerdo y nada más. Un recuerdo del más allá... No lo sé.
¿Por qué no se van? ¿Por qué no se van? ¡¿Por qué no se van?!
Después de repetir tanto esa frase, se fue, él se fue, no debería haber sido así, pero fue.
Quince años. Quince años era la edad de aquel jóven de alma vencida y espíritu hambriento que terminó yéndose antes de tiempo. Aquel hombre que pasó y no lo vio era su padre. ¡Cuánto se lamentó aquel día! Mal camino tomó. Ahora, no sabiendo que hacer, solo llora. Llora sin remedio alguno y repite como aquel alma cansada...

¿Por qué no se van?

No hay comentarios:

Publicar un comentario